Sal del Himalaya.
Envasado: Bolsas papel kraft con revestimiento de lámina de aluminio interior.
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La Sal cristalina del Himalaya tiene una edad de 250 millones de años, proviene de las montañas del Himalaya en Nepal. El Himalaya fue formado por la colisión de dos placas continentales, del subcontinente Indio y de Eurasia. Antes de esto la región fue ocupada por un mar extenso conocido como el Tethys.
La sal se depositó a la izquierda del Río Tethy cuando se secó y estuvo estancada allí por millones de años, mientras que la energía de la tierra formaba las grandes estructuras del día de hoy. La sal depositada allí fué protegida por las rocas contra la contaminación, la Sal del Himalaya no es sólo totalmente pura y natural sino que permanece con todos sus componentes.
Es la sal más pura disponible en la tierra, al no estar contaminada con ninguna toxina. A la sal del Himalaya se la conoce como "oro blanco". Los cristales de sal del Himalaya ofrecen todos los elementos naturales que encontramos en nuestro organismo, los mismos elementos que se encontraron en el mar primitivo.
Al contener los 84 elementos que se encuentran en nuestro cuerpo, los beneficios de los cristales naturales de sal del Himalaya incluyen:
Regulan el contenido de agua en el cuerpo.
Equilibran el exceso de acidez de las células, particularmente las células del cerebro.
Absorben las partículas de alimentos en el tracto intestinal.
Ayudan a limpiar los pulmones de obstrucciones de mucosidad y flemas.
Ayudan a limpiar la congestión de los senos nasales.
Previene calambres musculares.
Reafirma la estructura del esqueleto.
Regula el sueño.
Mantiene la libido.
Previene la aparición de varices en las piernas.
Estabiliza los latidos irregulares del corazón.
Equilibra los niveles de azúcar en sangre y ayuda a reducir la tasa de envejecimiento.
Contribuye a la generación de energía hidroeléctrica en las células de nuestro cuerpo.
Los cristales de sal del Himalaya han estado más de 250 millones de años soportando presiones tectónicas extremas, lejos de toda exposición a cualquier tipo de impurezas.
La estructura única de esta sal también almacena energía vibracional primaria. Todos los minerales y elementos traza de los cristales de sal están disponibles en forma coloidal, lo que significa que son tan pequeños que las células pueden absorberlos fácilmente. No sobrecargan nuestro cuerpo, ni contribuyen a aumentar la tensión arterial como la sal de mesa convencional.
Los elementos de los cristales de sal forman un compuesto en el que cada molécula está interrelacionada y posee una perfecta estructura cristalina. Esta conexión permite que los componentes vibracionales de los 84 elementos traza presentes en la sal estén en armonía unos con otros, contribuyendo por tanto al efecto equilibrador de la sal.
Los cristales de sal del Himalaya ayudan a devolver a nuestro cuerpo al estado de equilibrio.
La Sal Himalaya además de utilizarla en la comida, puede ser consumida como agua mineral disolviéndola en agua con o sin gas, también disuelta en un sano baño caliente o mezclada con aceites esenciales para estupendos masajes exfoliantes.